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De qué hablamos cuando hablamos de sanación femenina?

La energía femenina es una energía ligada al corazón y a la unión con el Espíritu y con todo lo que nos rodea y es desde el corazón desde donde nuestro mundo será sanado.”


Cada uno de nosotros necesita integrar varios aspectos de nuestro mundo interior, para poder alcanzar la plenitud.


Existe desde hace tiempo conocimiento que nos dirige hacia el gran secreto para lograr dicha plenitud: principios o leyes universales que datan de muchos años antes de Cristo. Desde allí se desprende una fuerte y maravillosa versión de cómo podemos cambiar nuestra vida y manifestar lo que deseemos.


Dentro de estas leyes o principios, encontramos uno muy interesante: principio de generación, que nos habla de energía femenina y energía masculina.


Todos los seres vivos en la Tierra poseemos ambas energías. Ambas energías necesitan estar integradas, equilibradas. La energía femenina del sentir y la energía masculina del hacer. Y desde allí partimos en cada uno de los encuentros de sanación femenina que compartimos en Rincón Zen.


El hombre tiene que sanar y abrir su corazón , pero la mujer, canal aquí en la Tierra de dicha energía femenina, tiene un papel principal. Como mujeres, necesitamos comprender y acercarnos a nuestra verdadera esencia, para poder sanarnos. Y de esta manera ayudar al hombre a sanar.



Para poder acercarnos a esa energía del corazón, que es la energía femenina, necesitamos sanar nuestro vientre, conectar con el poder que de allí se desprende y de esta manera sanar la herida ancestral que traemos de muchos años, por la utilización de lo femenino y la acumulación de dolor en el inconsciente colectivo de la humanidad, consecuencia de años de represion.


Necesitamos sanar, es decir, perdonar, para poder liberarnos y liberar a otros y conectar de esta manera con la belleza y armonía de la poderosa energía femenina y expresarla a través de nuestra energía masculina de acción, pero de una forma amorosa, constructiva y libre.


Sanar nos permite maternarnos, cuidarnos, nutrirnos y amarnos, aceptándonos como somos y expresando nuestro “yo soy” sin prejuicios.


Hoy, muchas mujeres estamos trabajando en nuestra sanación femenina, pero aún faltan muchas más que se permitan amarse, abrazarse y conectar con su vulnerabilidad.


En los encuentros trabajamos no sólo la conexión y purificación de nuestro útero, puesto que sabemos que sanacion femenina incluye mucho más, sino que también trabajamos en sanar nuestras historias, resignificarlas, empoderarnos, e iniciar el transitar de los diferentes ciclos que nos irán llevando a suavizar las capas de protección y defensa que instalamos, y así lograr la transparencia de nuestras almas.


La propuesta es acompañarse, sanarse, fortalecerse , empoderarse en un camino que es individual pero no tiene porque ser solitario. Aprender a ser compasivas con nosotras y con el resto de los seres. Aprender acerca de nuestra energía femenina y de nuestra energía masculina.


Lo hacemos a través de diversas actividades, cómo dibujar, pintar, bailar, abrazarnos, escuchar, etc, teniendo en cuenta los elementos de la naturaleza que nos permiten recorrer e integrar nuestros cuerpos físico, emocional, mental, y espiritual.


El sanar nos permite vibrar en amor, y cultivar el amor en todos los lugares donde nos encontremos, creando y manifestando un mundo más armónico y amoroso, un mundo integrado y equilibrado.


El gran desafío es vibrar desde el amor y no desde el miedo ni el rencor. La invitación está hecha, si vibra en tu corazón seguro es tu momento y acá te esperamos humildemente, para acompañarte en el camino de regreso a tu corazón.


Porque si decidís sanar, sanamos todas, y si sanamos todas, sana la Tierra y nuestra descendencia tendrá la oportunidad de vivir en un mundo donde reine el amor y la luz.


Laura.

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